ACABEMOS
CON LOS TOROS
EMBOLADOS
ACABEMOS
CON LOS
TOROS
EMBOLADOS
¡NO MÁS TOROS EMBOLADOS!
FIRMA POR LA ABOLICIÓN
DI A LOS GOBIERNOS LOCALES, AUTONÓMICOS Y ESTATAL QUE ADOPTEN LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA ACABAR CON LOS TOROS EMBOLADOS Y DEMÁS FESTEJOS CRUELES ¡YA!
¡FIRMA AHORA CONTRA LOS TOROS EMBOLADOS Y DEMÁS FESTEJOS TAURINOS!
39308 personas han firmado esta petición.
España es conocida mundialmente por sus tradiciones y festejos crueles con los animales, particularmente con los toros.
La mayor parte de la sociedad española no se identifica con estas prácticas atroces, sino que, por el contrario, se avergüenza de un concepto de cultura y tradiciones basadas en el maltrato hacia los animales.
A pesar de ello, gobiernos locales, autonómicos y estatal, no sólo permiten, sino que protegen y fomentan, los cerca de 20.000 festejos taurinos que se celebran cada año en nuestro país.
Algunos, como los toros embolados o toros de fuego, destacan por su especial crueldad.
En este tipo de festejo, cuando los animales salen del camión, se les tira con fuerza mediante una soga atada a su cabeza, con la finalidad de dirigirlos hacia un pilón. Ya, durante ese trayecto, debido a los bruscos y fuertes tirones que se les pegan, es habitual que sufran caídas y lesiones, tanto en las patas como en las cervicales. Una vez inmovilizados, amarrando sus cabezas con fuerza al pilón, se procede al embolado, que consiste en acoplarles en los cuernos unos herrajes de metal en cuyos extremos se colocan unas bolas impregnadas de un líquido o sustancia inflamable. A continuación, se prenden esas bolas con fuego y se corta la cuerda que sujeta a los toros al pilón.
Los animales salen corriendo despavoridos por las zonas acotadas para el festejo, ya sean plazas o calles de los pueblos. Cabecean desesperadamente, con la intención de desprenderse del fuego que les quema la cara y los ojos. En su desesperación, golpean sus cabezas contra muros de piedra, árboles o vallados que protegen a los espectadores. Fuertes golpes que les provocan dislocaciones cervicales e, incluso, la muerte.
A veces mueren también por infartos, a causa del miedo, la angustia, el estrés y el agotamiento.
Es habitual que se les obligue, además, a subir, bajar y saltar obstáculos, por lo que suelen sufrir todo tipo de lesiones y roturas.
Todo ello sin olvidar el griterío, la pirotecnia, la música, la persecución, los golpes, las quemaduras…
Un gran sufrimiento, tanto físico como psíquico.
Los animales, todos, incluidos los toros, están dotados de sensibilidad física y psíquica. Así lo reconoce nuestro Código Civil. Sin embargo, las leyes de protección animal continúan excluyendo a estos animales de su ámbito de aplicación.
¿Responden a alguna fundamentación científica o ética estas exclusiones? ¿Son menos merecedores de protección o, acaso, tienen una menor capacidad de sufrimiento?
La respuesta, obviamente, es NO. Se trata de excepciones legales al maltrato cuya finalidad es la de permitir que sean maltratados en estos espectáculos.
Es hora de que estas prácticas atroces y extremadamente crueles con los animales desaparezcan de nuestro país.
Firma para exigir a los gobiernos locales, autonómicos y estatal que adopten las medidas necesarias para su ABOLICIÓN.